Seguro que en más de una ocasión, siendo consumidores de café con cafeína, y no de café descafeinado, nos hemos preguntado cosas como “hasta qué hora debo tomar café” o “cuándo no tomar café”. La prudencia, en este caso, o el temor a no conciliar el sueño, también, estarían detrás de estas dudas razonables. Al fin y al cabo, la cafeína presente en el café es un estimulante suave que activa el sistema nervioso central.

Sin embargo, a la hora de plantearse a qué hora tomar café hay cuestiones culturales, como el hecho de tomarlo a una hora u otra dependiendo del país. Si somos extranjeros, por ejemplo, puede pasar que nos preguntemos cuál es la hora del café en España. Pero de eso hablaremos en otro momento…

Café descafeinado: conocerle es quererle

Por lo demás, la cantidad que consumimos de café depende de cada cual, dado que no todo el mundo es igual de receptivo a la cafeína: hay personas que con un café diario tienen suficiente estimulante para todo el día. Otras personas desarrollan tal tolerancia que incluso pueden tomarlo tarde sin temor al insomnio. En cualquier caso, la dosis recomendable diaria estaría entre los 100 y 300 mg de cafeína.

El ritmo circadiano manda

Pero volvamos al principio del artículo. Es decir, a la cuestión de si debemos o no tomar nuestra bebida favorita en cualquier momento. Pues parece ser que no. Según los expertos, el ritmo circadiano, una suerte de reloj interno que tenemos los humanos, determina nuestro comportamiento físico y químico durante la jornada. E influye en el efecto que tiene sobre nosotros lo que vayamos a ingerir a una hora u otra.

Igual nos interesa saber, como comentaba un artículo de El Economista publicado en 2020, que el pico de concentración -según este ritmo- se produce entre las 8 y las 9 de la mañana. ¿Necesitamos, pues, el típico café para espabilarnos? La respuesta es no. Lo recomendable, de hecho, sería esperar a estar levantados dos horas para echar el primer cafelito.

El primer bajón, por así decir, del día, se produce a partir de las 9:30, si bien a las 12 horas tenemos otro subidón. Y a las 17:30, otro. La clave estaría en tomar cafeína a gusto justo cuando nuestros niveles de cortisol bajen. Es decir, ¡sí al café después de comer!