Libro «Té elixir de vida” (2011), Miguel Fuentes García

Conocido como té Pu-erh (en mandarín: 普洱茶), nombre de la ciudad china de la que procede, fue una bebida muy consumida, durante siglos, por la nobleza de China. Pero, ¿qué sabemos del té rojo? Lo primero que nos llama la atención de este té es que, a diferencia de las variedades de Camellia sinensis que se toman frescas -como el té blanco y otros-, en este caso se acumula un proceso de fermentación cuya duración oscila entre dos y 60 años. Y que se hace en barricas de bambú.

Esta fermentación le proporciona un color cobrizo que es el que le proporciona su nombre popular. En “Té elixir de vida” (2011), Miguel Fuentes García explica que sus propiedades digestivas y depurativas han hecho de él un elemento muy apreciado en la medicina tradicional china.

¿Cómo se le ha conocido en Occidente? Hasta hace poco ha sido un gran desconocido. De sabor terroso, se ha hecho popular por su exquisitez y su carácter saludable.

¿Cuáles son las propiedades del té rojo?

Entre sus bondades está el control del colesterol y triglicéridos -es beneficioso para el sistema cardiovascular-, así como el refuerzo del sistema inmunitario. Es muy détox, sobre todo, por su nivel de fermentación. También sirve de ayuda en el tratamiento de osteoporosis, y es un excelente aliado para mantener un peso adecuado (¡sin milagros!), por su eficacia para quemar grasas.

Por otro lado, para quien se pregunte cuándo tomar té rojo, una buena respuesta sería la siguiente: en caso de nerviosismo. Uno de sus componentes, el ácido gamma-aminobutírico (GABA), contendría efectos ansiolíticos.

¿El té rojo quita el sueño? Digamos que, dado su contenido en teína, será mejor no tomarlo antes de dormir. Es un buen antídoto para la resaca, por cierto, pero no solo. En general, se trata de una bebida perfecta para concentrarse, así que resulta especialmente indicada para trabajar y estudiar.