Menta poleo y tila… ¿una dupla invencible?
11 agosto 2022Café y brunch, una buena pareja
27 septiembre 2022Café de gatos: un espacio pet friendly
A España no llegaron hasta 2013, cuando abrió La Gatoteca madrileña. Mezclarse con los felinos, acariciarles, jugar con ellos, si así lo desean… es el reclamo de unos cafetines muy especiales. Solo para gatunos.
Esta primavera, hablando de tendencias claves en el mundo del café, tocamos el tema de las experiencias emergentes, sobre todo en relación con la nueva situación que había traído consigo el confinamiento global. En este sentido, se nos pasó decir que, desde hace unos años, la sociedad se ha vuelto tan pet friendly que, el hecho de que hayan surgido conceptos nuevos como el del cat café, o café de gatos, es una tendencia bastante llamativa.
Aunque conozcamos estos establecimientos por el entusiasmo nipón, lo cierto es que el pionero -llamado Cat Flower Garden– se inauguró en Taipéi (Taiwan), en 1998, en la estación Zhistan, distrito de Shilin. Se trataba de un lugar público donde los clientes podían jugar con gatos y gatas, observándoles, durante un rato; mientras tanto, se les servía café o infusiones, postres, fruta…
Tracy Zhang, gerente del Cat Flower Garden, fue entrevistada por Matthew Zuras, de Vice, al que le explicó por qué se distinguían de otros cafés de gatos taiwaneses previos: “No regalamos a nuestros gatos, ni los compramos. Todos nuestros gatos son callejeros o nos los regalaron amigos. Estamos muy apegados a los gatitos, porque los hemos criamos desde que eran pequeños. Y, personalmente, creo que es traumático para los gatos mudarse de un lugar a otro”.
El negocio fue triunfando en Asia -sobre todo en Japón-, donde se abrió el primer cat café en 2004 con el nombre de Tienda de Gatos, en Osaka. Actualmente se contabilizan casi decenas de cafetines de esta especie. Gustavo Castro Caycedo, autor de “Historias humanas perros y gatos”, contabilizaba en 2012, solamente en Tokio, hasta 55. Y hablaba ya de sitios especializados, incluso: de gatos sin pelambre, gorditos, o gatitos negros.
Más curiosidades de los neko cafés
Podemos denominarlos así puesto que “neko” significa “gato” en japonés. El hecho es que han tenido tal expansión que, en algún caso, se han convertido en auténticos parques temáticos. Un ejemplo es Cat Cafe Temari no Ouchi, una cat city tokiota donde habitan más de una treintena de individuos de razas diferentes. Y donde también se puede comer.
Viena y Berlín fueron las primeras en coger el testigo de esta historia, abriendo sus respectivos salones de gatos. Parece ser que eso de estar tomando café o té mientras se pasa el rato con los gatetes es algo que gusta en todas partes, y que puede servir para amantes de los felinos con inquietudes -algunos cuentan con bibliotecas- o especialmente preocupados en la adopción de animales abandonados.
Es lo que sucede con La Gatoteca de Madrid, sede física de la Asociación Benéfica por el Rescate e Inserción de Gatos en Adopción (ABRIGA), una organización sin ánimo de lucro. De hecho, sus mininos provienen de Centros de Protección Animal o de organizaciones sin ánimo de lucro, que siguen los protocolos veterinarios correspondientes. Café y activismo animalista se dan, aquí, la mano.