Fue la Organización Internacional del Café (OIC) -creada en Londres bajo el auspicio de Naciones Unidas en 1963- la que impulsó este día en 2015, dada la extraordinaria popularidad de la que es, sin duda, una de las bebidas que más se consumen a nivel global: el café.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, en este día, no solamente se recuerda a los productores y agricultores. También son protagonistas los tostadores de café (¡hola!), los baristas, los dueños de tiendas de café… es decir, todas aquellas personas cuyas vidas, en definitiva, están ligadas de una u otra manera a la producción, venta y servicio de café.
Brasil -principal productor y exportador-, Colombia, Perú, Uganda, Etiopía, México, Vietnam, Indonesia, Honduras e India… son los países más destacados en cuanto a producción de café.
“Es una de las mercancías más comercializadas en el mundo y uno de los productores líderes en comercio justo”, escribe la periodista Mónica Mena Roa en Statista. Finlandia, Dinamarca y Noruega son, por otro lado, lugares de alto consumo de café. España ocuparía un nada desdeñable lugar, con 3,0 kilogramos de consumo medio estimado de café per cápita en 2021, según la misma fuente.
Este año, la jornada ha puesto el foco en la nueva generación de jóvenes, mujeres y hombres, que trabajan en el sector cafetero en todo el mundo. Son estos profesionales, con nuevas perspectivas e ideas, quienes podrían llegar a marcar un antes y un después en la recuperación de la industria, después de la pandemia de COVID-19.
Se trata, según la OIC, de concienciar al sector para una mejora de las comunidades relacionadas con el café. Y de hacerlo desde un compromiso con la sostenibilidad, en complicidad y trabajando en red.
Catarina Norma Bernal Pérez, desde una pequeña comunidad guatemalteca (Santa Avelina, en el departamento de Quiché), expone en este vídeo cómo se está capacitando a la nueva juventud de los cafetales. Son muchos los retos a los que se enfrentan, entre ellos, mejorar las variedades existentes.