¿Qué sabemos del té oolong, o té azul?
27 enero 2021Combatiendo el frío (con un buen café irlandés)
“Un café irlandés, por favor”. Quizá, ante un frío particularmente intenso, pronunciar estas palabras den como resultado un momento placentero y templado… algo más que café con alcohol. Y todo ello gracias a una bebida que podría considerarse una suerte de cóctel vespertino que, servido por profesionales competentes, surte un efecto reparador de inmediato. Como seguramente lo surtían aquellos cafés “aliñados” que, desde mediados del siglo XIX, se servían en los cafés vieneses (coronados con crema, ¿os suenan?).
Pero el café irlandés, como su nombre indica, no apareció en Viena, sino que fue concebido en tierras irlandesas, de ahí su nombre. Se adjudica su paternidad a Joe Sheridan, chef de un café restaurante ubicado en un aeropuerto internacional en Foynes, en la provincia de Munster, al suroeste del país. Abierto en 1943, pronto ganó fama gracias, precisamente, a Sheridan.
Se sabe que el mal tiempo puede provocar la cancelación de vuelos (lo hemos visto estos días, en España, con Filomena)… o hacer volver a aviones que habían despegado. Fue lo que ocurrió una fría noche de aquel año. El pasaje, al llegar al local de Sheridan, se encontraba literalmente exhausto y muerto de frío. Al chef no se le ocurrió otra cosa que añadir whisky al café recién preparado. That’s all?
No… puesto que añadió un ingrediente más. Un puntito de nata semimontada que deslumbró a los allí presentes. Había nacido el Irish coffee tal y como lo conocemos.
Café irlandés: tu primera vez
No hay nada como hacer un buen café para vender bien nuestra cafetería. Ahora, si en la carta se ofrece este tipo de bebida, será necesario prepararla con el debido respeto a la receta original. Si estás leyendo esto en casa, ídem (¿o quieres quedar mal delante de tus amigos, en caso de querer servirles “tu” café irlandés?).
En primer lugar, deberás conocer la receta original: la del bueno del señor Sheridan, que llevó consigo allá donde prestó sus servicios como chef. Veamos.
La receta original de Sheridan
Existen variantes, unas más afortunadas que otras (se recomienda evitar ciertos adornos y siropes), pero estos que enumeramos aquí serían los ingredientes originales. A continuación, os dejamos la preparación original:
- Whisky irlandés, a ser posible de calidad (2-2,5 partes).
- Café (4 partes).
- Azúcar blanca o morena (1-2 cucharadas).
- Crema de leche batida o nata líquida semimontada (50 ml).
- Nuez moscada, canela o cacao (como remate para decorar).
En cuanto a la elaboración, olvídate de esa taza que mantiene la temperatura… un simple vaso de cristal será suficiente (eso sí, templado con agua caliente). El café ideal es el americano -bien cargado-, que se mezclará con el whisky, calentado previamente, y el azúcar, colocándolo a posteriori en el vaso templado. El orden sería el siguiente: alcohol y azúcar, café, y crema/nata.
Se monta la nata, que debería tener textura cremosa, para luego añadirla al cóctel, vertiéndola sobre el lado convexo de una cucharita para que se quede flotando. Y se sirve muy caliente. A ver qué tal os sale. En cualquier caso, entraréis en calor seguro.